Como resultado de las infinitas permutaciones de la herencia el individuo será inevitablemente único, esta singularidad, por ser algo que no posee ningún otro individuo, será valiosa para la comunidad.
Puede ser sólo una manera singular de hablar, percibir, pensar, inventar, expresar sentimientos o emociones, y en todo caso lo distintivo de ese individuo redundará siempre en beneficio de su entorno. Sin embargo, la singularidad carece de valor en el aislamiento.
Una de las lecciones de la psicología moderna y de las experiencias contemporáneas es que la Educación no debe ser sólo un proceso de individualización, sino también y simultáneamente, de integración, o sea de reconciliación de la singularidad con la unidad social.
Desde este punto de vista el desarrollo será integral en la medida que exprese su individualidad dentro de la comunidad, su toque de color contribuya por poco que sea a la riqueza del paisaje, su nota sea un elemento necesario aunque no se perciba en el universo que lo contiene.
Por lo común se considera al crecimiento como un proceso gradual de desarrollo físico, de maduración acompañado por el avance de diversas facultades inherentes al pensamiento y el entendimiento. En realidad es un ajuste completo de sentimientos y emociones subjetivas respecto del mundo exterior.
Nuestro objetivo será demostrar que la función más importante de la Educación tiene relación con permitir el desarrollo de la creatividad en cada acto de aprendizaje, en la relación permanente con el objeto de conocimiento y en el desarrollo de una moral autónoma que permita la formación de un criterio ético.
El medio en que se encuentra inmerso el individuo y la formación que reciba tendrán una marcada influencia en su desarrollo. Toda política educativa debe fijarse objetivos que involucren los ideales socio-culturales que la contienen, y si bien cada individuo deberá compartir el acuerdo de las normas fijadas por esa sociedad y actuar en consecuencia, no debemos crear módulos que uniformen carácter y sensibilidad, esquemas que en lugar de potenciar particularidades, calquen conductas.
Enseñar es más difícil que aprender, no sólo porque el docente debe contar con un mayor caudal de información y tener la capacidad de trasmitirlo, enseñar es más difícil que aprender porque exige permitir que se aprenda.
El verdadero docente es por tanto el que deja en el individuo la idea de aprender como una actitud de vida. Enseñar no es propiciar la acumulación de información.
La tarea fundamental del docente es despertar la curiosidad y fomentar una actitud activa permanente, es facilitar que se ponga en juego el intelecto para llegar a construir el conocimiento.
El docente será el que brinde las herramientas necesarias para que cada uno pueda incorporar ese conocimiento, junto con sus propios elementos, sus ideas, su mundo de subjetividades.
La posibilidad de abrir las infinitas puertas que se presentan, explorar y descubrir en ellas los diferentes universos, hará que el aprendizaje sea algo permanente.
El aprendizaje es esa insaciable curiosidad que lleva al individuo a absorber todo cuanto le es posible ver, tocar, oír, descubrir cosas, incorporarlas y lograr que se constituyan en una auténtica porción de sí mismo.Es importante que el aprendizaje sea sugerente, significativo y experimental.
En el aprendizaje significativo se combina lo lógico y lo intuitivo, el intelecto y las sensaciones, el concepto y la experiencia, la idea y el significado. Cuando aprendemos de esta forma somos completos, utilizamos todas nuestras posibilidades.
La educación no puede reducirse a formar personas capaces de coleccionar información y repetirla pasando por alto los valores, los procesos creativos y al mismo sujeto que se educa.
Es fundamental respetar al sujeto cognoscente como alguien que permanentemente actúa y reflexiona para comprender al mundo que lo rodea, valorar sus aciertos y sus errores, pues estos últimos también deben llevarlo a la reflexión y el análisis.
Si deseamos que un sujeto se convierta en alguien capaz de resolver problemas debemos darle la oportunidad de trabajar en situaciones que le resulten interesantes, favorables para la resolución de diferentes situaciones y la construcción de nuevas hipótesis.
Entendemos que un aprendizaje es funcional cuando la persona que lo ha realizado puede utilizarlo efectivamente y se extiende para abordar nuevas situaciones en nuevos aprendizajes. Cuando más rica en elementos y relaciones es la estructura cognitiva de una persona, más posibilidades tiene de atribuir significación a los nuevos objetos de conocimiento.
Lo que se aprende significativamente es significativamente memorizado, y este tipo de memoria nada tiene que ver con la memoria mecánica.
La educación es por tanto un proceso de construcción conjunta entre docente y alumno, un proceso orientado a compartir universos de significación cada vez más amplios y complejos.
Los alumnos deberán construir sus propios significados sobre lo dado y los docentes construir sus estrategias para ayudar en este proceso. Una persona intelectualmente autónoma es un pensador crítico que tiene su opinión fundada.
Nuestra idea de trabajo es favorecer la creatividad como una manera de pensar, actuar, hacer algo original que tenga valor para uno mismo y también para los demás. De esta manera las actividades pueden encararse con múltiples variantes, teniendo como base para su desarrollo la creación de un clima seguro, relajado, en donde todos encuentren la contención y la confianza que les permita expresarse libremente.
